lunes, 10 de junio de 2013

Slaughter house o “como coño se escriba”







Después de estar más de media hora buscando como “coño” se escribe el nombre de esta librería-cafetería-cervecería de la calle Denia 22, y lo que significaba, nos armamos de valor y partimos hacia el local. Tripy va todo el camino riéndose a carcajadas:
- ¡un sitio en el que se pueden beber birras y que además hay libros!, ¡eso tengo que verlo yo! Además, en mis tiempos de mozo con bigote en los que solo bebía vinagre, eso era una carnicería.
- Cosas más raras habrás visto. Además, estará reformado así en plan moderno, como le mola a la gente de Ruzafa.
Un sitio moderno, alternativo e increíble. Cuando llegamos al lugar vemos que ¡la reforma es espectacular!, para nada se podría decir que ahí tenían antes una carnicería. Ni si quiera por los ganchos del techo, ni por la barra, que es un mostrador para despachar. El tío que sale de dentro con un delantal blanco lleno de sangre tampoco nos hace sospechar. Nos enamoramos al minuto uno del tirador de cerveza, Tripy se lo quiere llevar pero no le dejamos. Álverock empieza a liarse súper a saco con todos los libros: “Aquí podré venir con cualquier chiquilla. Me gusta para una cita romántica”, se pone a gritarle a las mesas. Hay una especie de reunión de colegas en una esquina, y un hombre con el portátil escribiendo algo, quizás sea un futuro “best seller”. El sitio está tranquilo hasta que empieza a haber marcha y el hombre se rompe el portátil contra su propia cabeza y se bebe tres cervezas de un trago, se piensa que puede vencer a nuestro maestro de ceremonias: Tripy hace una demostración ingiriendo medio bar.  Y nosotros intentamos que nuestra visita sea tranquila (no quiero acabar otra vez en comisaria), sin éxito. La sencillez de las cosas y el no intentar darle muchas vueltas  y que sean autenticas sin buscarlo, es lo que hace de “Slaughter House” un sitio tan especial. Ya somos fans y ¡queremos volver, ya!, siempre que los Slaughter de Slaughter House nos dejen. Esta vez prometemos no quemar ni robar los libros a los clientes para cambiárselos por cervezas. Pasaos en algún momento por la tarde y disfrutar de una buena conversación, unos libros o un ambiente moderno y diferente; o bien, comenzad vuestras aventuras por ruzafa en este lugar con unas cuantas cervezas, seguro que saldréis con algún amigo de más. 

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